Describir y analizar un sistema político o partes componentes de él, implica necesariamente encontrar un modelo o marco de referencia que nos permita encontrar las múltiples y complicadas relaciones de un proceso eminentemente dinámico.
Compartimos con Easton que “el marco de referencia conceptual consiste en aquellas teorías y suposiciones que un investigador usa al emprender un análisis dentro de un campo de acción determinado”. [1] El modelo que aplicamos en esta investigación es conocido como el “modelo de la cascada” enunciado por Karl W. Deutsch, para describir el proceso de decisión aplicado a la opinión pública.
Si bien es cierto este modelo simplificado tenía el propósito de ser usada para el análisis de las relaciones internacionales, tiene también la ventaja de describir en dimensión macro—política, el proceso de formación de la opinión pública al interior de los sistemas políticos. “El valor explicativo del modelo de la cascada reside, sobre todo, en su capacidad para resaltar hasta qué punto los procesos de formación de opinión se ven interrumpidos y regenerados horizontalmente en cada nivel, es decir, por las interacciones intrarremanso, o intradepósito”. [2]
El modelo de la cascada describe cómo es que se forman y circulan las opiniones en un sistema político, y cómo es que se retroalimentan y forma la opinión pública. De allí su utilidad analítica. Podemos definirlo «como una serie de procesos descendentes cuyos saltos son contenidos a intervalos por contenedores en los cuales se vuelven a mezclar cada vez» [3] y que luego de descender se retroalimentan para formar la opinión pública.
1.8.1 Componentes y contenedores participantes del modelo
El modelo tiene contenedores en donde se forman las opiniones y en cada uno de ellos se produce un proceso circular de retroalimentación, para después fluir en el nivel siguiente, hasta completar el circuito de comunicación y formar la opinión pública. Los cinco contenedores son: 1) La élite socioeconómica; 2) La élite político—gubernamental; 3) Los medios de comunicación; 4) los líderes de opinión; y, por último, 5) La población.
A este esquema básico Sartori añade un nuevo punto, que es el papel y la ubicación de los intelectuales en los distintos niveles de la cascada, ya que como argumenta, el modelo de Deutsch no explicaría adecuadamente las corrientes de opinión.
En este punto, debemos precisar que, el modelo tal y como está concebido, explica cualquier corriente de opinión porque tiene la flexibilidad de proponer múltiples interacciones al interior de cada uno y luego lanzarlo al contenedor siguiente.
El modelo tiene también cinco procesos de flujos de comunicación que son: 1) el flujo de comunicación de la élite socioeconómica; 2) la élite política; 3) los medios de comunicación; 4) los líderes de opinión; y, 5) la población. Los contenedores del modelo, tienen a su interior, un proceso de entrada y salida (input – out) de información horizontal, en el sentido que la información procesada es discutida y tratada en su interior, asimismo, se reciben las influencias del entorno, que en este caso son los otros niveles y tienen una memoria respecto de sus procedimientos o maneras de enfrentar determinadas situaciones.
La memoria a que nos referimos es la capacidad que tiene cada uno de los contenedores en almacenar información sobre sucesos u hechos políticos pasados, que llegan a constituir un precedente en cuanto a la forma de presentarse posibles cursos de acción y reacciones de los otros contenedores.
Gráfico 1: El modelo de la cascada en flujo completo [4]