A estas alturas del proceso, los medios de comunicación difunden una versión propia de lo que las élites socioeconómicas y políticas han procesado y básicamente son los públicos atentos o los líderes de opinión, en todos los estratos sociales los que asimilan o reciben dicha información y éstos a su vez la transmiten, también procesada a la población en general.
En todos los casos, la visión o el sentido de la realidad política, social y económica del país, será vista en diferente perspectiva, en el entendido que la información política que se tiene varía en cada nivel en forma dramática. «Cada uno de los cinco niveles de nuestro modelo en cascada es en parte autónomo, pero también interdependiente con los otros niveles. Cada nivel está también abierto, en cierta medida, al impacto directo de la realidad externa».[12]
Cada contenedor y en cualquier parte del proceso puede aceptar, rechazar o permanecer neutral ante un tema en discusión; asimismo, puede generar nuevos temas que deberán ser sometidos a la opinión pública en este complejo sistema de información política.
Debemos considerar que en este proceso se produce un efecto de simplificación de la información en el instante que ésta pasa de contenedor, porque evidentemente sólo se transmite la información política considerada pertinente de ser transmitida y en vista que, en cada nivel se repite el proceso de debate e intercambio, al traspasar los límites del contenedor se vuelve a producir una simplificación. Donde en mejor medida puede observarse lo que estamos describiendo es en los medios de comunicación y en el contacto cara a cara entre ciudadanos.
La cuota de información política es variable con tendencia a la simplificación en cada nivel de la cascada, por lo que los componentes de cada contenedor difieren en cuanto a la información política que manejan y a la complejidad de la misma, por lo cual es evidente que eventualmente deberían tener perspectivas distintas respecto de un tema público; sin embargo, como los medios de comunicación simplifican la información política y como ésta es masiva en el sentido que llega a todos los niveles socioeconómicos, es que se produce en algunos casos puntos de vistas similares, sobre todo cuando están relacionados a temas generales; cuando se refieren a hechos o situaciones específicas, las diferencias son manifiestas, ya que no sólo debe considerarse la información de los medios de comunicación y de los líderes de opinión; debemos considerar la experiencia personal y la influencia de los grupos de referencia.
Si tomamos en cuenta, por ejemplo, la situación de la inflación o el estado de la economía, encontraremos diferencias significativas sobre este tema en los diferentes estratos sociales. Los ciudadanos, aunque carezcan de información y conocimientos sobre la inflación, comparan su experiencia personal con lo expresado por los medios —descripción macroeconómica—y encontrarán que no existe relación entre uno y otro. Y es que la experiencia personal sirve como componente de contraste, porque en el caso de la inflación, éste índice no le dice nada al ciudadano común sobre su situación económica.
1.8.3 La retroalimentación del proceso comunicacional y la generación de la opinión pública
La retroalimentación, surge pues de un largo proceso de asimilación de información paulatinamente simplificada, parcial y diversa. Con estos elementos característicos de la información política, la ciudadanía recibirá mínimo dos posiciones respecto del asunto y sobre la base de dichas referencias podrá formar su opinión en caso le interese el tema. A escala política, se exige del gobierno respuestas a las demandas planteadas, sean estas respaldadas o no por la opinión pública para que se tomen decisiones; mientras que, a la masa de ciudadanos, la retroalimentación en el ámbito de comunicación implicará respaldo, indiferencia o rechazo a la propuesta.