Anunciando los diarios que a la venta lleva, cruza el canillita sudoroso y fugaz, corriendo fuerte por ser de los primeros, en vender los diarios y ganar el jornal.
Acaso mis ojos tal vez hayan mirado, al muchacho que lucha por el pan de su hogar, o también es posible que me haya inspirado, en un huérfano humilde, en un desamparado, sin padres que adorar.
«El Comercio» vocea con afán el pequeño. «La Crónica» interesante, enseguida dirá. «El Callao Suplemento», «La Tribuna» y «La Noche», «La Nación» y «El Heraldo» le oiremos pregonar.
Si muchos de nosotros auscultar pudiéramos, la verdad cruel y triste de este diario luchar, viviendo en un instante de mortal desengaño, compráramos los diarios para otorgarle el pan. Canillita travieso, juguetón, bullanguero. Alma que ayer fue buena y siempre lo será.
Si cruzas muy temprano las calles de tu pueblo, semejas a un obrero con rumbo a trabajar. Hasta que cuando vienes pregonando los diarios, semejas todo un hombre que lucha por el pan.
Al llevar la ganancia a tus padres y hermanos, tú pequeño gigante, tú grandeza de niño, que humilla a la crueldad.