Enrique Gomaríz Moragas autor del artículo sobre la anunciada muerte de la ciencia política, hace un análisis muy exhaustivo sobre el estado de la disciplina en los últimos años. Por ejemplo, afirma: «Por su parte la ciencia política, además de verse afectada por estos males de familia, emitía sus propios anuncios de crisis terminal. Importa destacar que lo interesante en este campo es que tales anuncios han surgido de algunos de los propios padres de esta disciplina, que lograron su afirmación como tal después de la Segunda Guerra Mundial.
El caso más destacado es el de Giovanni Sartori, quien, después de realizar contribuciones decisivas en los años cincuenta, comienza a advertir del malestar de la disciplina desde los años setenta, señalando la dispersión teórica de la época, al tiempo que reitera su preocupación por la división radical entre los partidarios de una óptica empirista y los de una visión filosófica de la disciplina.
Pero treinta años más tarde Sartori anuncia la pérdida definitiva de rumbo de la ciencia política, en el opúsculo “¿Hacia dónde va la ciencia política?”, que lógicamente le debe conducir a la peor de las suertes (Sartori, 2004).
Desde luego, como era de esperar, ese planteamiento ha suscitado la airada respuesta de los profesionales y académicos del ramo (como Laitin, Colomer, etc.), que consideran que la ciencia política, premunida de las herramientas empíricas actuales, nunca estuvo en mejor situación en toda su frondosa vida.»
Documento: Libro Electrónico | Editorial: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO | Descargar PDF