Barrinton Moore propone una explicación de la ruta democrática hacia la sociedad moderna, a través de la lucha de clases y el papel que juegan la burguesía, los terratenientes y los campesinos para el desarrollo de los acontecimientos de las revoluciones inglesa, francesa y americana, japonesa, rusa y china.
Sostiene que la revolución burguesa se desarrolló porque las sociedades agrarias habían dado el salto a una sociedad comercial o capitalista que quebró el sistema de producción en favor del capitalismo y de la burguesía. En tanto que, las revoluciones en China, Rusia y Japón el salto al capitalismo fue menos intenso, porque aún eran sociedades agrarias en las que, los terratenientes tenían la suficiente influencia para retrasar o atenuar el paso al capitalismo.
Dada la existencia de regímenes contemporáneos democráticos y autoritarios, Barrinton Moore se pregunta: ¿Qué características del pasado de esos países determinaron la nueva posición que iban a ocupar en la nueva escala? ¿Qué papel jugaron los campesinos y los señores en las nuevas revoluciones? ¿Qué cambios abrieron un nuevo camino hacia la revolución de masas? Para responder esas preguntas, Moore conforma cuatro categorías:
- Democracia capitalista: Estados Unidos, Inglaterra y Francia, producto de la revolución burguesa que aniquiló o transformó la clase propietaria.
- Fascismo: Alemania y Japón, producto de una burguesía débil que no destruyó las clases proletarias.
- Socialismo: China y Rusia, producto del truncamiento del desarrollo comercial e industrial de una burocracia agraria, y del triunfo de una revolución campesina.
- Democracia encubridora: Cuando las formas democráticas carecen de una representación efectiva y la transformación rural ha fracasado: la India.
Moore argumenta que el tipo de relación entre estos dos grupos es un indicador crucial para entender la forma de gobierno que prevalece en una sociedad. Explora esta dinámica en diferentes regiones y momentos históricos, incluyendo Europa, Asia y América Latina.
El autor sostiene que los regímenes dictatoriales surgen cuando los señores, que generalmente representan a la aristocracia o a las élites dominantes, mantienen un control estricto sobre los campesinos, quienes constituyen la mayoría de la población.
Esta dominación se basa en una estructura social jerárquica y en la explotación económica de los campesinos. Los señores utilizan su poder para reprimir cualquier intento de movilización o resistencia por parte de los campesinos y mantienen un control autoritario sobre el Estado.
Por otro lado, Moore también analiza el surgimiento de la democracia y argumenta que ésta se desarrolla cuando los campesinos, o la clase trabajadora en general, logran organizarse y exigir un mayor poder político y económico.
Esto puede ocurrir a través de movimientos sociales, sindicatos o partidos políticos que representan los intereses de los trabajadores. En este contexto, la lucha por la democratización implica la redistribución del poder y la riqueza, y la creación de instituciones políticas que permitan una participación más equitativa.
Moore también examina los casos históricos como la Revolución Inglesa, la Revolución Rusa y la Revolución China, entre otros, para respaldar sus argumentos sobre los orígenes de la dictadura y la democracia. Utiliza un enfoque interdisciplinario que combina la sociología, la historia y la ciencia política para analizar las dinámicas de poder y las estructuras sociales.
En resumen, argumenta que el control y la explotación de los campesinos por parte de los señores conducen a la dictadura, mientras que la organización y la lucha de los campesinos por sus derechos son fundamentales para el surgimiento de la democracia.
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