La libertad de prensa

«El Congreso no creará ley alguna. . que limite la libertad de expresión o de prenda…’ Los términos de la Primera Enmienda a la Constitución de los EUA son parcos, su significado claro y amplio.

Provistos de esta frase, los medios noticieros norteamericanos—ya sea la piensa, o más tarde la radio, el cine o la televisión—han proclamado a lo largo de la historia de la nación el derecho a la expresión sin cortapisas o censura. Si bien el ejercicio de esta libertad no ha estado exento de peligros y reveses temporales, como se observa en la cronología de la página cuatro, la libertad de prensa está inextricablemente entretejida en la trama misma de la sociedad estadounidense.

Hoy día, como informa el profesor de comunicación de la Universidad Stanford Elie Abel, los derechos de los periodistas en el mundo están sujetos a graves impugnaciones. Se habla de autorización, concepto detestable para los norteamericanos, y en el foro de la UNESCO y en otras partes hay un animado debate sobre la independencia de los periodistas y su libre acceso a las noticias.

Al enunciar los puntos de vista de la Administración Reagan, el Vicepresidente George Bus afirmó: «Si hemos de preservar y promover la libertad, al mismo tiempo debemos defender el derecho de los medios informativos del mundo a informar sobre los acontecimientos tal como los presencian, sin interferencia del estado» Elie Abel, delegado a la 21a. conferencia de la UNESCO en Belgrado, en 1980, ha seguido de cerca estos sucesos internacionales.»

Tipo de documento: Artículo | Editorial: Revista Facetas

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