Manuel Antonio Garretón autor del artículo “La cuestión del régimen de gobierno en el Chile de hoy” nos introduce al debate sobre el presidencialismo y parlamentarismo, debate que fue provocado en plena dictadura de Pinochet por el Grupo de Estudios Constitucionales, el cual estaba integrado por intelectuales, políticos y juristas; todos ellos opositores al régimen militar de entonces (el Grupo de Estudios constitucionales incluso preparó un proyecto de Constitución pensando un futuro democrático para Chile).
Este mismo debate se retomó en los inicios de la década de los noventa y luego según apreciación del autor fue una temática congelada.
El aprendizaje de la historia política
Garretón, entiende este debate como un intento de explicar la crisis de la democracia en 1973. La idea fuerte era que la crisis se explicaba por el sistema institucional que Chile tenía, pero no como un factor determinante, sino como coadyuvante, en tanto moldeó el conflicto: permitió o impidió opciones de acción y presionó a determinados comportamientos de los actores.
Ello finalmente conduciría a determinadas salidas ante un conflicto; a partir de aquí el autor se va a enfocar en la caída de la democracia de Allende por los factores institucionales que colaboraron en esa crisis:
- La no existencia de la primera vuelta en las elecciones presidenciales (con esto se tiene gobiernos minoritarios, pero con grandes proyectos de cambio), y
- El pluripartidismo combinado con un presidencialismo fuerte.
Pero la problemática institucional, incluso antes de la dictadura, generaron propuestas de cambio orientadas al fortalecimiento de las instituciones, que obligaran a las coaliciones de gobierno y la nominación de un jefe de gobierno con mayoría en el parlamento.
El golpe militar y la instauración de la dictadura, y las reformas que sufrió la Constitución en 1980, significaron cambios radicales en las relaciones entre el estado, la sociedad y los partidos políticos, estos últimos sufrieron sistemáticamente la represión. Y a nivel institucional significó:
- Un Poder Judicial sin independencia.
- Un Poder Legislativo debilitado y deslegitimado, al ser reemplazado por la Junta Militar de Gobierno
- Una Constitución que no facilitaría en el futuro la democracia.
Entonces pensar en un gobierno democrático era pensar en una nueva constitución que debía superar los déficits del pasado democrático y los vicios antidemocráticos heredados de la dictadura.
En 1989, y sólo como resultado de un proceso de negociación entre la debilitada dictadura y la oposición democrática, se modificó parcialmente la Constitución, que dio como resultado un presidencialismo reforzado y debilitado al mismo tiempo.
Reforzado institucionalmente frente al parlamento, pues este perdió funciones legisladoras y fiscalizadoras y debilitado en términos políticos ante el parlamento, pues éste se convirtió en un escenario de veto para la minoría.
En tal sentido, se creó una situación en donde el presidencialismo encontraba su contrapeso no en el parlamento, ni tampoco en la soberanía del pueblo, sino en ciertas instituciones que compartían el poder como: el Tribunal constitucional, El Banco Central, el Consejo de Seguridad Nacional, los senadores designados y las Fuerzas Armadas.
Los bloqueos institucionales
Una vez que Chile transitó de la dictadura a la democracia, debido a la Constitución que regía, hubo expresiones negativas que fueron afectando la democracia:
Por un lado, existía un bloqueo constitucional que no permitía resolver los problemas que la dictadura había generado; y ello fue aprovechado sobretodo por quienes defendían la institucionalidad existente, especialmente porque gozaban de poder y porque los crímenes referidos a las violaciones de los derechos humanos en los que estaban posiblemente involucrados no podían resolverse.
Por otro lado, existía un bloqueo en el sistema de representación que aun cuando se formaran coaliciones partidarias la mayoría no gobernaba e incluso minorías significativas no alcanzaban representación en el parlamento, planteándose problemas serios de gobernabilidad.
Por este bloqueo del sistema político institucional no se ha resuelto sobre las violaciones a los derechos humanos bajo la dictadura. Existe una ley de amnistía, que impide juicio a casi la totalidad de crímenes cometidos entre 1973 y 1978. cualquier intento de modificación siempre fue frustrado.
El parlamento no tiene función fiscalizadora sobre situaciones anteriores a 1990.Muchos de estos casos quedaron en manos de la justicia militar. Recién a fines de 1998, debido a la detención de Pinochet, la justicia ordinaria ha iniciado juicios y procesamiento a los militares involucrados.
En el caso chileno el presidencialismo reforzado y debilitado y el parlamento debilitado y transformado en lugar de veto de las minorías, reducen la acción de los poderes del Estado en la materia de los Derechos Humanos a una dimensión simbólica, así pasó con la Comisión Retting “Verdad y Reconciliación” durante el gobierno de Aylwin y con la Mesa de Diálogo en 1999.
En relación con el bloqueo en el funcionamiento general del sistema político, puede darse la formación de una coalición mayoritaria, donde la mayoría no puede gobernar efectivamente y algunas minorías no tienen representación parlamentaria. Los problemas con las coaliciones partidarias es que el sistema obliga a formar coaliciones para no quedar al margen de la representación.
Las estrategias parciales de superación
La preocupación por el tipo de sistema político el Chile motivaron algunas propuestas de solución, entre ellas está la propuesta por le Grupo de Estudios Constitucionales, que, en agosto de 1988, hablaban de un proyecto que suponía un régimen semi-presidencial, lo que significaba la elección de un vicepresidente, de un primer ministro y de mecanismos que permitieran la disolución de la Cámara de diputados y el veto de censura constructivo.
Se trataba en suma de superar los bloqueos que sufrían el poder legislativo y el poder ejecutivo. Otra propuesta, surge en mayo de 1990, en donde la cámara de diputados crea la Comisión Especial del Régimen Político Chileno, esta comisión entregó su informe final en noviembre del año siguiente, y en él hacen una crítica al presidencialismo y se examinan la posibilidad de un régimen parlamentario o uno semi-presidencial. Finalmente, todo quedo en debates académicos.
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