Justicia para Luciana

En el 2007, en el Perú se registraron 79,792 accidentes de tránsito, de los cuales el 60% ocurrieron en Lima. Luciana Castañeda Cárdenas fue una de las víctimas cuando tenía cuatro años, hoy con tan sólo seis años, lleva más de la mitad de su vida inmersa en un proceso penal donde espera que la justicia sancione al chofer que le ocasionó un corte en el rostro tan profundo que fue necesario ponerle más de 120 puntos para que la herida cicatrizara.

El choque fue tan fuerte que los vidrios de la movilidad que la conducía a su nido volaron directamente a su rostro. Los choferes, en vez de ayudarla, se pusieron a discutir en plena calle preocupados más por los gastos de la colisión. Así, quien tuvo que auxiliarla fue su hermano Marcelo que con tan sólo 8 años edad, le colocó su bufanda en el rostro para evitar que la sangre siguiera brotando.

Pese a las innumerables trabas de los choferes investigados, la Fiscalía los denunció en menos de 9 meses. Sin embargo, pese a que las pericias técnicas demostraron que la imprudencia del chofer Sabino Torres Huamaní ocasionó este lamentable accidente, han transcurrido 3 años sin que el Poder Judicial resuelva este caso en primera instancia, siendo el tiempo de instrucción de tan solo cuatro meses.

En febrero de este año, la Fiscalía ha acusado a Sabino Torres Huamaní solicitando que se le impongan 4 años de cárcel, ya han transcurrido 8 meses sin que, hasta el momento, el Juez del 25 Juzgado Penal de Lima, César Herrera Cassina dicte la sentencia correspondiente.

Van ya tres citaciones para lectura de sentencia y mientras tanto, la abogada del acusado continúa intentando dilatar el proceso interponiendo nulidades inverosímiles. Sin embargo, lo más denigrante es que dicha letrada se refiera a la herida sufrida por Luciana como un simple raspón.

Para ella, un simple raspón requirió una cirugía de emergencia para reparar el nervio supraciliar y reconstruir la zona afectada con 120 puntos; tan pequeña y tuvo que ser anestesiada por cuatro horas, lapso que duró la intervención quirúrgica.

Para conocimiento de la abogada de Sabino Torres, lo que ella llama un «raspón» ha requerido un largo tratamiento psicológico para intentar reparar las heridas del alma.

Quien le devuelve la paz a una niña que cada vez que va a su colegio se asusta cuando ve buses o combis pasar por las pistas.

El juez, César Herrera Cassina cuestionado por su accionar jurisdiccional permite todas estas acciones dilatorias y las mentiras arteras de la abogada de Sabino Torres. Recordemos que este «magistrado» fue suspendido por la OCMA[1] por no ordenar la captura del acusado por narcotráfico José Mori Soto (a) «Shevasco», desacatando una orden expresa del Tribunal Constitucional.

Este juez es el mismo que ordena capturas ilegales, que el Tribunal Constitucional tuvo que revocar como se ve en el expediente N° 4184-2009-HC/TC. [2]

Hoy, los choferes continúan con sus vidas como si nada de esto hubiera pasado. Quien aún recuerda el trágico accidente es Luciana pues quedó marcada por imborrables huellas físicas y psicológicas.

¿Acaso la justicia debe permitir que las inasistencias a la lectura de sentencia y maniobras dilatorias terminen con la prescripción del delito?, la respuesta debe ser NO rotundo pues nuestro sistema judicial permite dar mandato de detención contra este tipo de personas que no solo causan daños a víctimas inocentes si no que el sistema de justicia funciona para ellos, no para proteger a las víctimas.

El Juez, Herrera Cassina es quien, finalmente, deberá hacer justicia condenando al responsable de este hecho Sabino Torres Huamaní.


[1] http://ocma.pj.gob.pe/print.asp?idnoticia=1337.

[2] http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2010/04184-2009-HC.html.

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