Historia de taxi


Eran las diez de la noche, piloteaba mi nave. Era mi taxi un Volkswagen del año 68. Era un día de esos malos donde no hubo pasaje, las lentejuelas de un traje, me hicieron la parada.

Era una rubia preciosa llevaba minifalda, el escote en su espalda, llegaba justo a la gloria. Una lágrima negra rodaba en su mejilla, mientras que el retrovisor decía ¡ve que pantorrillas!, yo vi un poco más.

Eran las diez con cuarenta zigzagueaba en reforma. Me dijo me llamo Norma, mientras cruzaba la pierna, Saco un cigarro algo extraño de esos que te dan risa, le ofrecí fuego de prisa y me temblaba la mano.

Le pregunte ¿Por quién llora? y me dijo «por un tipo, que se cree que por rico, puede venir a engañarme. No caiga usted por amores, debe de levantarse, le dije. Cuente con un servidor si lo que quiere es vengarse. Y me sonrió.

Que es lo que hace un taxista seduciendo a la vida. Que es lo que hace un taxista construyendo una herida. Que es lo que hace un taxista en frente de una dama. Que es lo que hace un taxista con sus sueños de cama. Me pregunté.

Lo vi abrazando y besando a una humilde muchacha, es de clase muy sencilla, lo se por su facha. Me sonreía en el espejo y se sentaba de lado, yo estaba idiotizado con el espejo empañado. Me dijo dobla en la esquina, iremos hasta mi casa, después de un par de tequilas, veremos que es lo que pasa.

Para que describir lo que hicimos en la alfombra, si basta con resumir que le bese hasta la sombra, y un poco más.

No se sienta usted tan sola, sufro aunque no es lo mismo, mi mujer y mi horario, han abierto un abismo. «¡Cómo se sufre a ambos lados de las clases sociales! Usted sufre en su mansión, y sufro en los arrabales.

Me dijo vente conmigo, que sepa que no estoy sola. Se hizo en el pelo una cola, fuimos al bar donde estaban, entramos precisamente el abrazaba a una chica; mira si es grande el destino y esta ciudad es chica. ¡Era mi mujer!

5/5 - 1 voto