Si los gobernantes se guiaran exclusivamente por los resultados de las encuestas y por los titulares que estos generan, seguramente cometerían más errores de los que comúnmente lo hacen. Las encuestas por muy útiles que sean para el proceso de decisión, son sólo uno de los insumos que los gobernantes usan para documentar e informar su decisión final.
Quiero discutir el caso del indulto de ex presidente Alberto Fujimori. Cada semana desde que la familia anunció que haría el pedido formal al presidente Ollanta Humala, diversas empresas encuestadoras han salido a las calles a tomar el pulso a los ciudadanos, para conocer su opinión sobre el tema.
En octubre de 2012, Apoyo (Ver) encuentra que en su encuesta nacional urbana que el 43% «cree que debería ser indultado». Finalizado el mismo mes, la empresa GFK (Ver) sostiene que el 50% de una muestra nacional está totalmente de acuerdo y de acuerdo con el eventual indulto a favor de Alberto Fujimori.
El uso noticioso de las encuestas
Con la encuesta de Apoyo pasó algo curioso. El Comercio destacaba el porcentaje mayoritario a favor del indulto, mientras que Diario 16, con las respuestas a la misma pregunta, el número 8, destacaba que el 53% «considera que Fujimori debe cumplir su condena». (Ver)
El contexto noticioso es que ambos diarios tienen puntos de vistas contrarios respecto del indulto a Fujimori. Ambos diarios utilizando la misma fuente informativa, presentaron resultados más cercanos a sus puntos de vista, resaltando aquello que querían resaltar, aprovechando algunos errores en la construcción de las opciones de respuesta de la encuesta y la agrupación de las respuestas.
La pregunta 8 se formuló así: «Con respecto a Alberto Fujimori ¿cree que se le debería dar arresto domiciliario, cree que debería continuar en prisión, o cree que debería ser indultado?» las opciones de respuesta fueron: «Ser indultado, Arresto domiciliario, Continuar en prisión, Me da lo mismo, No precisa».
Precisamente, en la formulación de la pregunta hay dos aspectos que quiero resaltar: Por un lado las opciones presentadas no son mutuamente excluyentes, ya que «arresto domiciliado y continuar en prisión» son dos formas de privación de la libertad que se le aplica por un lado a los inculpados y por el otro a los sentenciados; aquí el segundo error, se los pone a los entrevistados ante opciones que no son excluyentes y que requieren de cierto conocimiento de sus diferencias y de aplicabilidad para el caso de los sentenciados.
Alfredo Torres, intentó justificar este desbarajuste, argumentando que, Lourdes Flores había propuesto una modificación legal para permitir que Alberto Fujimori purgue condena en su domicilio.
La lógica de Flores Nano es «Si, entonces», si modificamos la ley, entonces puede ir a su casa a cumplir la condena. Pregunto, ¿Ese fue el contexto de la encuesta? En el hipotético caso de una modificación legal ¿Cuántos encuestados conocían de esta propuesta o peor aún, los encuestados distinguen las diferencias descritas? No es que considere que los ciudadanos no conocen de estos temas. Ciertamente son asuntos que requieren cierto conocimiento que no está generalizado pues son propios de la esfera jurídica.
Diario 16, usa esa respuesta para sostener que la «mayoría» quiere que cumpla su condena. Pero, ¿Era posible agrupar estas respuestas? Tal como está construida la pregunta, no era posible unirlas, puesto que la construcción apuntaba a distinguir opciones mutuamente excluyentes. Por otro lado, las opciones tal como están consideradas no tienen relación con la realidad tal cual existe aquí y ahora. Ya que, como se explicó, al ex presidente no se le puede dar arresto domiciliario ya que la ley no lo prevé para los sentenciados. Ese es un dato que Cambio 16 no sopesó al momento de presentar su titular y con ello, al igual que El Comercio no describieron los hechos, ni dieron solamente información, ambos, recrearon la «realidad» para presentar sus propios puntos de vista.
Otra cuestión que queda evidenciada, es que la opinión está influenciada por el contexto en que se realiza la pregunta y más aún, por las opciones que se le presenta a los encuestados, por eso, se sostiene que una opinión es sólo una respuesta ante una pregunta dada, que se construye sobre la base de las actitudes que el individuo tenga sobre el objeto preguntado. (Ver)
Por tal razón, no basta saber cuántos están a favor o en contra de una medida. Sino, sobre todo, saber qué tan intensa es la opinión que tienen los individuos, y saber, de ese modo, si pasarán de la opinión al comportamiento (acción). En el caso que nos ocupa, los que están a favor del indulto y los que están en contra de él, ¿Qué los diferencia?
Aquí nos sirve, la encuesta de GFK. Por un lado, los ciudadanos que están a favor del indulto de Fujimori, también están de acuerdo que hizo un «muy bueno / bueno», viceversa, los que están en contra, piensan, en su gobierno fue «muy malo / malo». Es decir, tienen posiciones divergentes frente a su visión del gobierno del fujimorismo. Y al parecer, en la construcción de su opinión sobre el indulto, influye sobre manera su percepción de la gestión de Fujimori.
Segundo, los que están en contra del indulto, sostienen que «dividiría más al país». A pesar de ser un grupo «pequeño», la intensidad de su creencia es mayor que aquellos que están a favor y creen que «ayudaría a la reconciliación». Aquí es donde entra la intensidad de la opinión. La experiencia nos dice que, en el grupo que está en contra se ubican aquellos ciudadanos que son «políticamente activos» y que expresan sus apreciaciones a través del «activismo» en mayor intensidad de aquellos del lado del indulto que no es tan «intensa» su opinión para llevarlos a activar a favor.
Tercero, hay asimetría en ambos grupos respecto de su influencia que tienen sobre los principales medios de comunicación. Ello, lleva a pensar a muchos analistas que la «presión mediática», como parte de una «campañas» está empujando al gobierno a tomar una decisión favorable a Fujimori.
Para darnos una «idea» del tema en la cobertura de medios, el buscador google.com registra 5, 830,000 resultados para «indulto a Fujimori» en lo que va de septiembre – octubre de 2012, lo que evidencia el impacto que causa el tema en el país. No en vano, la campaña electoral de 2011.
Finalmente, en la perspectiva política del gobierno, ¿Están obligados a tomar una decisión? ¿Cuánto afecta el futuro político-electoral al gobierno?, ¿Cuál será el impacto de la decisión a nivel de la opinión pública? ¿Influirá el indulto a favor o en contra del gobierno? Son respuesta que también hay que considerar al momento del análisis.