La democracia aún tiene enemigos; pero ahora se la evita mejor en su propio nombre y por medio de su propio nombre». Giovanni Sartori
Alcance temático
Los sistemas electorales tienen por objeto convertir los votos ciudadanos en la elección de los representantes a cargos públicos y en los procesos de democracia semi—directa en decisiones que resuelvan asuntos específicos en discusión.
Todo proceso electoral enmarca en el elector una doble dimensión, que son la elección y la decisión. En este sentido, el escoger al candidato de su preferencia entre las diferentes alternativas políticas que se presentan en un proceso político—electoral implica valorar los mensajes políticos para optar por una de las posibles alternativas y asumir esas ideas como las que deben plasmarse en el gobierno.
Sólo en el momento mismo del acto de votar, es que se manifiesta la segunda dimensión individual, es decir, la decisión. El elector, luego de escoger su mejor opción, la manifiesta en la boleta de votación y establece quien o quienes serán los encargados de tomar las decisiones políticas en un periodo de tiempo establecido.
Esta simple descripción de un proceso tan complejo, es la que permite a los ciudadanos participar en el proceso político de elección pública de gobernantes y decidir sobre quienes gobernarán, bajo qué términos y en qué plazos decidirán por nosotros.
El estudio de los sistemas electorales es pertinente y útil porque el proceso anteriormente descrito configura muy marcadamente los parámetros electivos de los ciudadanos y por ende, se convierte en una condición poco probable de ser modificada por éstos, pero posible de ser configurado por las organizaciones políticas de un país. Esta posibilidad de configuración, surge de un acuerdo y consenso básico de los agentes políticos involucrados y de los niveles de poder político que gozan en un contexto temporal específico. Los sistemas electorales surgen pues, del arreglo institucional en la distribución y ejercicio del poder político por parte de las fuerzas políticas de un Estado.
Es decir, los diferentes matices y resultados a que se pueden llegar aplicando un modelo electoral construido en base al acuerdo político, así como las variables de entorno como el sistema político general, el sistema de partidos, el entorno social y comunicativo configuran el proceso político de elección y le dan sentido a un sistema electoral específico.
Los sistemas electorales son únicos e irrepetible, tienen matices sutiles que los diferencian unos de otros. Principalmente, los sistemas electorales, más que un orden perfecto de procedimientos y normas, son formas de acuerdo político que las diferentes fuerzas políticas aceptan como aspecto principal y específico en el contexto de un sistema político dado.
El sistema electoral perfecto no existe, cada uno en su peculiaridad afirma la mayor presencia o no de acuerdo político entre los directos más afectados. Los políticos, son quizás los más interesados siempre en no reformar muy marcadamente el sistema de elección, porque ello afecta sus intereses de ser electos, por eso, las reformas electorales efectuadas en nuestro país, han sido más para perfeccionar procedimientos, plazos y señalar funciones a nuevos órganos que cambios específicos en el sistema de representación, en los procedimientos para la asignación de escaños o en la simultaneidad de las elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales.
El sistema electoral es el concepto más amplio que incluye los procedimientos, la técnica de representación, la normatividad legal y consuetudinaria, los subsistemas electorales, las estructuras y las funciones. Mientras que el derecho electoral se refiere a todo lo que está regulado por la ley en relación con las elecciones.
De ello, se puede colegir, que el estudio del sistema electoral sólo en su aspecto normativo, haría de ello un estudio incompleto y carente de sentido en un contexto más amplio como son las múltiples interacciones socio—políticas que se manifiestan en una sociedad.
Las elecciones representan una técnica de designación de representantes. Nohlen señala que en distintos sistemas políticos las elecciones varían en cuanto a su importancia y funciones. Asimismo, sostiene que no son un procedimiento propio de la democracia, pero que sólo en ese sistema manifiesta cualidades totalmente distintivas que en otras formas gubernativas.
Las elecciones en los sistemas políticos cumplen funciones distintas en cuanto es un procedimiento para escoger a nuestros gobernantes. Si la democracia representa los valores y comportamientos de los ciudadanos y gobernantes, entonces los procesos electorales adquieren una dimensión única y especial que cualquier otro sistema político.
La diferencia radica en la competencia entre más de dos contendientes, la posibilidad de elegir y cambiar gobiernos, un ambiente de pluralidad y tolerancia que permite la discusión abierta y sin censura de los temas de interés público son necesarias y convierte a la democracia en una forma de alcanzar el gobierno mediante la discusión y el contraste de las ideas.
Adicionalmente, debemos considerar los aspectos formales que se incluyen dentro de un contexto electoral. Si bien políticamente las características que hemos reseñado son condiciones necesarias para afirmar que un Estado es democrático y su sociedad también, existe una condición jurídica y política que no debe omitirse, y que está referida a las regulaciones legales que norman las elecciones. Desde esta perspectiva, debemos afirmar que un marco legal aceptado por todos los actores políticos y que no sufra modificaciones que cambien las reglas preestablecidas que regirá las elecciones son las condiciones suficientes para que se respete la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas y no se genere una atmósfera de recelo y duda respecto de la imparcialidad de los funcionarios y órganos encargados de llevar adelante una elección.
Elecciones vecinales o políticas
Ante la proximidad de las elecciones municipales, aparece en el discurso político nacional, reflexiones que consideran a las elecciones municipales como procesos vecinales en la que se escoge al «mejor vecino» y en que la política no tiene lugar.
Se afirma por ejemplo que las elecciones municipales no manifiestan preferencias políticas sino vecinales, que no se discute según el contexto socio—político las acciones de gobierno o el papel de la oposición; es decir, se pretende presentar a las elecciones municipales como descontextualizadas de la política nacional.
Ante la abundancia y diversidad de los argumentos, podemos acabar aceptando tal punto de vista, si consideramos además que los grupos opositores buscan regularmente convertir a las elecciones municipales en la expresión de la aprobación o rechazo al gobierno de turno.
Para esclarecer la controversia debemos preguntarnos ¿Tienen las elecciones municipales contenido político? ¿Existe la dicotomía elecciones políticas—elecciones vecinales?
Precisemos que las elecciones son un procedimiento por el cual los ciudadanos elegimos a las personas que tomarán las decisiones por nosotros, en el ámbito político que corresponda, sea a nivel legislativo, municipal o ejecutivo.
Según Nohlen, las elecciones «representan el método democrático para designar a los representantes del pueblo… y es una técnica de designación de representantes y que varía su contenido según el sistema político», así designa:
- El concepto de elecciones varía según los sistemas políticos;
- La importancia de las elecciones difiere de un sistema político a otro y;
- Las funciones de las elecciones cambian de un sistema a sistema.