Daniela

Daniela tiene los ojos del color de las tormentas, ejerce la profesión mas antigua de la tierra, sin saber como ni cuando un día cerró la puerta del hogar donde dejaba ideas de conveniencia, que ella rechaza de plano por se sienta moderna. Que ella rechaza de plano por se sienta moderna.

Detesta la tradición, se revela contra ella, la experiencia de los viejos a Daniela no interesa, hoy sale con fulanito, mañana la sobremesa, será con un hombre rico confidente de sus penas, y ese hombre entre tantos hombres logra inquietar a Daniela, porque le habla tan bonito que cuando termina empieza.

Y pensar que todos quieren siempre lo mismo de ella, pasar una buena noche sin mirar a las estrellas, cuando ya se haya apagado en tus ojos la tormenta, y de tu cuerpo en la carne se marchite la belleza, te encontraras navegando en aguas sucias y quietas, añorando del pasado los juegos y la inocencia.

Daniela, muchacha loca, tan estupida, tan terca, ridicula imitadora, fiel patrón de aventurera. Contando tu historia siento que te mueres de vergüenza, porque en el fondo de tu alma nunca quisiste venderla.

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