¿Cómo reducir la dispersión de la representación en el congreso y cómo atenuar el multipartidismo del sistema de partidos políticos?

El sistema de partidos políticos del Perú y en la mayoría de los países de América Latina muestra la característica principal de ser multipartidista, es decir, la representación del electorado está dispersa en más de cuatro organizaciones partidarias.

Un viejo político y profesor universitario, nos dijo alguna vez que en el Perú los políticos gustan ser cabezas de ratón y nunca cola de león, dando a entender, que, en su mayoría, los políticos preferían ser cabezas o líderes de minúsculas organizaciones, que integrarse y formar una sólida organización política. La tendencia a la dispersión en cuanto al número de partidos políticos se mantiene recurrente en el tiempo.

El hecho fundamental es que cada vez que tenemos elecciones generales aparecen por arte de magia un sinnúmero de organizaciones políticas cada cual presentando candidatos al Congreso y a la presidencia de la república. Y la situación se refleja adicionalmente, pues, al momento de la distribución de los escaños en el Congreso, partidos políticos con 1 o menos del 1 % de los votos válidos, llegan a conseguir por el tipo de representación electoral, uno o dos escaños.

En la última reforma al sistema electoral, que condujo a que se promulgará la ley N°. 26859, los legisladores tuvieron en su mente este problema y buscaron una solución, que por cierto fue y es muy criticada por los políticos. La solución que se aprobó está redactada en el artículo Nº. 88, de la referida ley que dice: (parte pertinente)

“Art. 88.- El Jurado Nacional de Elecciones procede a inscribir a las agrupaciones políticas a que se refiere el artículo anterior, siempre que éstas reúnan los siguientes requisitos… b) Relación de adherentes no menor del 4% de los ciudadanos hábiles para votar a nivel nacional, según el número de electores inscritos en el padrón empleado en las últimas elecciones de carácter nacional…..”

El cuatro por ciento del número de electores hábiles implica que cada organización política debe ser capaz de recabar la firma válida de aproximadamente 500,000 electores, ya que la cantidad de adherentes debe ser mayor para alcanzar el porcentaje necesario, por lo que se han dado casos, en donde se han presentado 900,000 firmas. En tal sentido, debe considerarse que, a cada partido político se le hace más difícil alcanzar el porcentaje requerido, por tres cuestiones fundamentales:

  • El número de electores hábiles con firmas aun no registradas se reduce cuando los partidos van obteniendo su registro;
  • La ley valida la firma de los ciudadanos adherentes de aquella organización política que primero presentó la firma;
  • Cuando se empieza el proceso de recolección de firmas detrás de otras organizaciones políticas, se va reduciendo las firmas disponibles.

A pesar de estas dificultades que aparentemente son limitativas para que se inscriban los partidos políticos, en las elecciones generales últimas se presentaron 10 organizaciones políticas y todos alcanzaron representación en el Congreso. En las elecciones generales del 95 sucedió algo similar. Entonces a pesar de las críticas y de la intención de los legisladores, la norma legal no logró los efectos deseados pues el número de partidos políticos que alcanzan representación es alto.

Ahora bien, con la legislación anterior como por ejemplo la ley 14250, siempre sucedió lo mismo y las composiciones en el Congreso fueron y son muy heterogéneas.

¿Por qué es deseable reducir la dispersión de la representación y el número de los partidos políticos? Los primeros que debe quedar en claro es que no me opongo a la existencia de los partidos políticos, por lo que las propuestas para bajar el porcentaje requerido para inscribir partidos políticos son perfectamente válidas y permitirían que surjan más espacios para la discusión pública.

Lo que sí parece contraproducente para el sistema político y para el sistema de representación es que haya demasiados partidos en el Congreso representando a minúsculas proporciones de ciudadanos, pues sucede que esa cualidad de representación se diluye irremediablemente, cuando se quiere conseguir que valores, intereses e ideales de ciertos grupos sociales se hagan realidad.

Pero entonces, se podrá argumentar que hay una contradicción en mis apreciaciones; pues cómo es eso que haya muchos partidos y que sean pocos los partidos en el Congreso. Pasaré a explicar la cuestión. Puede haber un número de partidos que representen una cantidad similar o mayor de intereses e ideas en la sociedad, pero, creo que es importante que en el Congreso estén representadas sólo aquellas fuerzas políticas que sean capaces de aglutinar no uno sino varios grupos para que de ese modo expresen sus intereses e ideas.

Además, planteada así la cuestión obligaría a los partidos políticos a juntarse por necesidad y obligación antes de los procesos electorales, en alianzas electorales, pudiéndose convertir, luego, una vez elegidos en alianzas parlamentarias e incluso coaliciones de gobierno. Y no sucedería que una mayoría parlamentaria y de gobierno tenga que enfrentar a una oposición dispersa o a múltiples minorías parlamentarias, que, por ese hecho, muchas veces son incapaces de contrarrestar los excesos en que puedan incurrir la mayoría.

Entonces respondo, es deseable reducir la dispersión en la representación y el número de partidos en el Congreso para lograr que se formen realmente fuerzas políticas que además de representar regiones o departamentos (distrito múltiple), puedan representar los intereses de múltiples minorías de diferente índole o criterio de agrupación.

Obligaría a un acuerdo político—ideológico de los diferentes grupos políticos, pues deberán aglutinarse en torno a una organización política (para ser gobierno u oposición) antes del proceso electoral lo que podría perdurar si llegan a alcanzar escaños en el Congreso.

Las distintas fuerzas políticas perfeccionarían sus organizaciones para captar al segmento independiente que es el mayoritario, que no tiene compromiso ideológico fuerte y varía sus opiniones políticas a lo largo del tiempo, lo que los convertiría en partidos menos ideológicos y más pragmáticos; y por tal razón más predispuesto a enfrentar problemas de políticas públicas y no a cuestiones partidarias o ideológicas.

La representación en el Congreso sería la expresión de los acuerdos políticos electorales (alianzas electorales), que podrían convertirse en mayoría y oposición sólidas, o en el caso extremo en coaliciones de gobierno.

Las minorías que no alcanzarán representación no quedarían excluidas de la dinámica política, ya que siempre tienen la opción de influir a través de las mismas organizaciones políticas y como grupos de presión.

En suma los electores tendríamos la opción de establecer con mayor tino nuestro voto hacia uno u otro grupo político, para no dispersar los votos y por tal razón evitar la dispersión; ello adicionalmente, obligaría a los partidos y a los candidatos a estar más comprometidos con sus electores, pues además de las simpatías personales, las campañas electorales podrían girar en torno a temáticas o problemáticos que partidos y candidatos planteen y que los electores asuman como alternativas de solución.

Es decir, sería conveniente para nuestro sistema político la propuesta, porque implicaría reducir las brechas ideológicas, formaría gobierno y oposición más sólidas, producto de negociaciones y acuerdos. Asimismo, el sistema de partidos podría cumplir mejor sus objetivos que son articular y agregar intereses de los grupos sociales, y ponerlos en circulación en el sistema político como demandas que deberán ser respondidas por el sistema político.

¿Cómo reducir el número de partidos en el Congreso? Habiendo quedado claro, que la propuesta busca que los partidos y los políticos logren acuerdos políticos—electorales antes de las elecciones, que se promueva la existencia de partidos en la sociedad y que la sociedad toda pueda articular sus diversos y heterogéneos intereses, valores e ideas en esas organizaciones políticas, es que se requiere formular cómo conseguir el objetivo propuesto.

La manera es muy sencilla y requiere un cambio en la ley electoral, sin que se violente el sistema proporcional y aplicando el método de la cifra repartidora tal como se hace en la actualidad. Para que la propuesta funciones y se logre lo planteado, debe establecerse un umbral o porcentaje mínimo de votos válidos para que los partidos políticos que participan de las elecciones entren al proceso de repartición de escaños, de tal manera que, entre éstos se aplicaría la cifra repartidora y se distribuirían los escaños.

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