En ese contexto, en el campesinado surgió un sentimiento anticapitalista y antidemocrático, el mismo que era compartido por la nobleza agrícola. “el anticapitalismo pseudoradical arraigó considerablemente entre el campesinado. Había recibido también su primer impulso de las clases altas rurales”. [4]
Sobre el rol de las clases sociales en el resultado, se destaca la desmitificación del papel del campesino en los procesos de modernización, así como la incapacidad de la burguesía de tomar control del poder político, lo que hubiera hecho posible, no sólo el desarrollo capitalista de la sociedad en un entorno democrático, sino que, hubiera permitido sacar al campesinado de la servidumbre en que se encontraba.
En tal sentido, así como Moore sostiene que “sin burguesía, no hay democracia”, también sentenció que “el fascismo es inconcebible sin democracia” [5] y en ese marco, la debilidad de la democracia se debe, según el autor, a la ausencia de una ruptura institucional que permitiera el arraigo de los valores y creencias de la burguesía.
Desde tal perspectiva, en Alemania, no sólo arraigó en el campesinado y la nobleza agrícola el fascismo, sino también en la baja clase media de los ciudadanos, quienes se sentían amenazados por el capitalismo. “La idea de un Estado corporativo, el culto al Führer, el militarismo, el antisemitismo, en una variedad estrechamente relacionada con la distinción nazi entre capital «depredador» y «productivo» tales fueron los recursos que utilizaron para explotar los sentimientos anticapitalistas del campesinado [6]”.
Notas
[1] Barrintong Moore, Jr. Los orígenes sociales de la dictadura y de la democracia. El señor y el campesino en la formación del mundo moderno. Pág. 352.
[2] Op. Cit. Pág. 358.
[3] Op. Cit. Pág. 362.
[4] Op. Cit. Pág. 364.
[5] Op. Cit. Pág. 362.
[6] [6] Op. Cit. Pág. 363.