Ya ves, ya ves mi tierna avecilla, que cogía prisionera, será preciso que sepas, que desde hoy en adelante vas a ser mi compañera cantando como cantabas, perdida entre la maleza, a orillas de un arroyuelo y en el fondo de una arboleda.
No te dejes avecilla, agobiar por la tristeza, yo cuidaré de que nunca, te falte lo que apetezcas, tendrás el agua más pura y la semilla más fresca.
Ya ves, ya ves mi tierna avecilla, que cogía prisionera, será preciso que sepas, que desde hoy en adelante vas a ser mi compañera cantando como cantabas, perdida entre la maleza, a orillas de un arroyuelo y en el fondo de una arboleda.
No te dejes avecilla, agobiar por la tristeza, yo cuidaré de que nunca, te falte lo que apetezcas, tendrás el agua más pura y la semilla más fresca.